insinuación del arco iris...

martes, 14 de octubre de 2008

Poema de Octubre

Para Val, que está lejos, muy lejos para mis manos y mi corazón sediento de su voz en tantas tardes, para mi amigahermana, por todas las horas de poesía y desvelos, y amores y desamores, y aventuras y viajes... para vos con nuestras panzas llenas de hijas y nuestros senos brillantes, por tanta música, y Renaud y Darnauchans y tanta ruta, por todo lo vivido y lo que nos queda, por todo este día con velitas y canciones en las voces dulces de tus hijos, en la mía que suena de tan lejos para decirte que te quiero hasta el cielo y que te extraño más... para vos Vale estos fragmentos de Dylan Thomas... y este brindis con mate y bizcochitos y una torta como las de Norma, y tantas risas de primavera para estar juntas siempre...

"(...) Mi cumpleaños empezó con los pájaros acuáticos
y con pájaros de árboles alados que volaban mi nombre
sobre las granjas y los blancos caballos (...)

(...) Toda una primavera de alondras en una nube rodante
y las matas a orillas del camino desbordaban de mirlos silbadores
y el sol de octubre a la manera del verano
sobre el hombro del cerro
fueron climas amigos y hubo dulces cantores
que llegaron de pronto en aquella mañana por la que yo vagaba
y escuchaba como se escurría la lluvia;
frío, el viento soplaba
en el bosque, muy lejos, a mis pies.

(...) pero todos los jardines de primavera y de verano
florecían en los cuentos fantásticos
detrás de la frontera y abajo de la nube invadida de alondras.
Allí podía yo maravillarme
mi cumpleaños se iba yendo pero el tiempo giraba alrededor.

Girando me apartaba del país jubiloso
bajaba por el aire cambiado y por el cielo alterado de azul
fluía de nuevo una maravilla de verano
con manzanas y peras y grosellas rojas:
y vi tan claro en el rodar del tiempo
aquellas olvidadas mañanas cuando un niño paseaba con su madre

por entre las parábolas del sol
y las leyendas de las verdes capillas

y por los campos de la infancia ya dos veces contados
porque sus lágrimas quemaron mis mejillas y su corazón se conmovió en el mío.

Estos eran los bosques y era el río y el mar
allí donde un muchacho
en el verano atento de los muertos
murmuraba la verdad de su gozo
a los árboles, las piedras y el pez en la marea.
Y el misterio cantó vivo
en el agua y en el gorjeo de los pájaros.

Y allí podía yo maravillarme
mientras mi cumpleaños se alejaba aunque el clima vuelta en redondo
y el gozo verdadero del niño muerto hace tanto tiempo
cantaba ardiendo bajo el sol.
Cumplía treinta años hacia el cielo y en el mediodía del verano
aunque la villa al fondo se cubriera de hojas por la sangre de octubre

oh que en este alto cerro
a la vuelta de un año
la verdad de mi corazón se cante todavía.

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