insinuación del arco iris...

sábado, 28 de febrero de 2009

Tu mano quieta


Tu mano tiene el color del tiempo
Ellos hablaban de las tardes de azahares
y las tormentas rotas
Mi mirada perdida
soplaba fuego entre las hojas
¡Y todo se secó!
Está detenido
no encuentro el cristal
Tu centro se corrió hacia
el lado del abismo
Las alabanzas, esos pétalos sin hogar,
siguen buscándote
Quise corromperte, trajé la noche más azul,
Esa, la que gemía en tus ojos,
La que te hablaba de presagios
cuando aún no creías
Yo era la invitada
¿te acordás?
La que juntaba lirios en el momento exacto
Ese que contagiaba tu piel y te colmaba
La que bebía el néctar de tus sienes
hasta embriagarte

Mi mirada perdida
Tu mano quieta

Siento el galope del viento
La nuca crispada de tu aliento
Una a una,
brotan,
se yerguen,
las gotas de este corazón
Esa imagen violeta que atraviesa el instante
Afuera suena tu recuerdo
En cada automóvil que se detiene
En los cascos antiguos que enlentecen su ritmo
Estás ahí
Te espero
Sigo siendo la espiga incólume
entre tanta tormenta
¿de verdad te fuiste?
¿en el brillo de qué pupilas tendré
que latir hasta encontrarte?

Mi mirada perdida
Tu mano quieta

El tiempo que pulsa, hálito tras hálito,
Las agujas muertas
Estás ahí
Te espero
En cada tenue crepúsculo
Con la primera estrella
Sigo siendo tu invitada
La dama que sueña en tu abrazo
Conquistar el otro lado del misterio

jueves, 26 de febrero de 2009

Promesa rota




























Le dije que sí, que no estaría sentada aquí a la hora de los grillos,
que dormiría lo suficiente para encontrarnos bajo el sol que aún no arde.
Es que la magia nos dio dos días de aire.
Tenía toda la ruta ante mis ojos, música, chocolates, buenos libros
y mi amiga.
Salimos entre risas y suaves presagios, decididas al goce del viento.
Las dos horas de viaje estuvieron colmadas de miradas y palabras, recuerdos
y complicidades, viejas desventuras y nuevos planes.
¡Cómo no iba a decir algo!
Si todavía siento el acuático ruido rozando la arena,
el pequeño oleaje de las lanchas acariciándome,
mis brazos forzando el agua en cada remo,
el río corriendo con nosotras entre camalotes y burbujas.
Rompí la promesa.
Tanta belleza no podía ser sólo para mí.














martes, 24 de febrero de 2009

Corazón brillante









Tengo un pájaro en los ojos
Es probable que ya no vuelva a dormir
Floto en la música
Algo trae
Entre sábanas y secretos
Mirá:
tengo un corazón roto en la mano del presente
tengo un corazón brillante en la otra
hay líneas que no se ven
a veces se huelen o se desnudan en un beso blanco
navegué tu piel
derramé cascadas
entre suspiros de menta

no me gustan las películas de “Joli-bud”
no me gustan las tontas historias de amor romántico
las compré tantas veces!
Me aburrí de tanto vacío!

Te repito:
tengo un corazón brillante
¿Serás tan valiente como para llevarlo a pasear?
Le gusta el ruido de las olas y el olor del aire,
La lluvia en la espalda de su nombre
ese roce tibio de tus dedos
No te distraigas
Es capaz de treparse muy alto en el nogal
Dejarte atrás

volverse una increíble campanilla violeta
y desafiar cada remolino de este río.

Tengo un corazón brillante
Está intacto de ESE frío
Se ríe
Goza
Llora

En las tardes de garúa
Acaricia al otro corazón
Le susurra bocanadas de luz
Le da su silla del ahora.

Tengo un corazón brillante
Lo viste?
Te miraba en el grito de tu salto
Ahí detrás
Cuando tu mano se perdió
Húmeda de mi aliento
En los costados del tiempo

Aquí estará
Espera
El nuevo abrazo sin bordes
Eso que se escribe siempre de nuevo
Cuando se acaban las palabras
El destello de esas risas
La volcánica pausa del amor real

miércoles, 11 de febrero de 2009

Y que se callen las palabras...


“¿Vivimos?
Desnúdate niña, es hora de vivir;
Olvida todo lo demás, ven a bailar,
a la pecera donde nadan las sonrisas.”


de Juan Cairós Frag. De 88 versos de Amor
(
http://lamiradapreterita.blogspot.com/2009/02/88-versos-de-amor.html)


¿Alguna vez sentiste la luna llena en tu piel desnuda?
¿Rodaste por la arena hasta marearte de risa?
¿Saltaste de roca en roca desafiando los bordes?
¿Gozaste entre relámpagos y truenos del cuerpo empapado de tanta dicha?

¿Vivimos? Se pregunta Juan
El ruido de palabras confunde presagios
Oler hasta perderse
noche lamida en cada hueco
flores estallando el color adivinado

Tuve un sueño
Se apagaba
El torbellino de la mente con todas sus bocinas
Se apagaba
Una luz resurgía hasta inundarlo todo
Montamos la luz, alfombra mágica de los deseos,
Y ya no éramos nosotros

Nos dimos la mano
Cada dedo tenía un mapa
Elegimos el naranja
Brillante
Incandescente de aromas
Yo quería perderme
Vos buscabas el fondo de las horas
La plegaria

Una risa de lejos
Venía a cobijarnos
Se distinguía su blancura en la intensidad naranja
Nos abrazó hasta pintarnos el alma
Los hilos del agua se deslizaban entre tu mapa y el mío.
Quise despertarme
Estaba ahí
¿te viste?
La ropa del mundo se perdió para siempre
Entonces no importaba el equipaje
La luz nos dejó su ofrenda
Pura semilla
Una fuerza secreta
En el silencio de luz
Le dio matriz de fuego
Absortos miramos la insinuación del día

¿Seguiremos despiertos?
¿Será entonces que vivimos?

martes, 10 de febrero de 2009

Furia y amor 1







Esto es también para mis niños, para ellos que están,
bebiéndose de mí la leche más dulce y la más agria..
Para ellos incondicionales de este amor,
a los que les debo esas tardes llenas de ganas y juegos.

Será el olor de la lluvia
la novela que terminé
la música que suena con las gotas de fondo
las horas corren y yo detrás

Lo inconmensurable del alma humana
Sus vericuetos
Los desafíos
Los mandatos

Soñé con ser una princesa
¿Soñé?
¿Me lo contaron? ¿lo ordenaron las formas del juego?
No, no!
Ni princesa, ni reina, una salvaje montando en pelo
la yegua indomable de la aurora.

Palabras mudas
Harta de mentiras de corazones miedosos
Especulaciones frías donde sólo cabe dolor
¿Cómo construimos destino?
¿Qué queremos de verdad?
De verdad queremos que nos quieran de verdad.

¿Jugamos?
¿Te animarás a oír mis mejores secretos?
Los hechos de palabras
los susurros, gemidos, los de aliento
¿Seguro que me ves?


En esa imagen que dejó una fotografía
con barro hasta el cuello,
en medio de mi Bosque,
liberaba a la fiel camioneta de las fauces del lodo
del arroyo furioso
con una palita de playa, toda mi decisión
y mis niños valientes de tantas noches sin paredes.

La lluvia caía ese día también
salimos airosos y riendo
y después el Río con su indómita crecida.

Mis pupilas sintiendo la libertad
El frescor único de la tarde
La menta en el aire
Esos pájaros regalando sus sonidos

Esas noches luché con los fantasmas
La medianoche traía un pavor inexplicable
Mis rezos no alcanzaban
Doblegué algún miedo
Volví airosa

Batallé sonriente en este asfalto
Levanté una nueva casa
Llena de sol y cosquillas
Lavandas y cedrón para embriagarme y soltar los enojos
Esa furia que aprieta la garganta y me deja sola

Alguna nochecita con ese algo que quedaba
salíamos con los niños a juntar leña por el barrio
Encendíamos el hogar con palos viejos oliendo a ciudad
Fresco en el recuerdo nuestros fogones donde se cocían los “chapatis”
Donde las manos de todos pasaban la tarde

Esta lluvia me trajo esas tormentas
Lo sé! ni princesa ni reina!
Salvaje, siempre salvaje,
En mis fuertes brazos de hamacar niños
Juntar leña, acarrear agua y tantas mañanas de sol.

Entonces sé, si, sé!
Otra vez el barro, si, en las manos de todos
Las guitarras y las tardes que nos encontrarán
Levantando las paredes con nuestro calor
Esas paredes
Que cobijarán la dulzura que siempre estuvo esperando.






lunes, 9 de febrero de 2009

Ventana

Ventana secreta.
Ella mira el jardín de los sueños nocturnos,
los de rocío fresco,
húmedo.
El jardín violeta de todos los deseos

Esa ventana.
Tiene postigo y trabas
una doble cortina que la esconde de las miradas del día.
A la hora del crepúsculo,
algún alma valiente de aburrimiento,
se acerca
tienta suerte.
Intenta descorrer la pesada tela del destino.
Es en vano.
No alcanza el gris de las horas brumosas,
mucho menos las gotas de tedio en cada sien,
ni las manos frías.

Esa ventana espera.
Dispuesta

en la eternidad de los relámpagos.
Tiene la transparencia de los calendarios,
escritos con el polen más fino.

Esa ventana.
En la hora exacta de todas las sospechas,
te espera.
Ella siente el roce de tus dedos.
Se crispa en el sonido de las telas abriéndose.
Ella sabe.
Tu corazón embravecido dispuso el momento,
despejó los viejos temores,
y ahora,
en el instante en que cabe una plegaria,
girás la llave,
empujás las hojas al vacío,
entreabrís los postigos.

Tal vez te quedés ciego.
Breves destellos anuncian tus pasos.
No dudás,
desplegás un recuerdo de alas,
inspirás
ese aroma te embriaga.

En cada pequeño resquicio de tu piel
está el recuerdo
la seña
la cita que dejaste escrita
aquella tarde en que no tenías edad.

sábado, 7 de febrero de 2009

Exorcismo 1: En esta noche quieta




En sueños visito lugares de viejos lujos
de pies en la arena y ágatas sin pulir
sonidos de océano increíble y bruma
entonces, valga el intento de conjuro,
dejando unas palabras que se deslizaron
en el otoño de hace unos años.

En esta noche quieta de sueños
quiero pradera,
estrellas.
Esa luna danzante en el Pacífico.
Gaviotas brillando en el tímpano del tiempo.

Esta noche gozaría el humo de la risa,
en palabras absurdas
y tortas de medianoche
hilos de caramelo
y tus manos

El arco se cierra,
fugacidad lleva un nombre,
vuela la noche quieta,
mis párpados abren jirones de recuerdo.

Piso humedad de bosque,
rescate de callampas,
lujo de una tormenta,
tus ojos en la eléctrica expresión
de Dioses infinitos

En esta noche quieta,
volaría mi tiempo,
hasta abrazarte.
*escrito en el Otoño de 2007

miércoles, 4 de febrero de 2009

La aurora de las bestias

La aurora de las bestias,
acecho de los ángeles en los párpados de escarcha.

El tiempo simula parálisis
en los helechos dibujados de los sueños.

La bruma insiste en su humedad de almeja,
su larga lengua cree limpiar la timidez de la aurora;
no es posible:
los labios de las horas no dicen sus temores,
la cueva espera la lamida del agua,
cadenciosa de espejos inventados,
ríe nocturnidades a los pájaros negros.

La aurora de las bestias suda,
caen gotas de almíbar salvaje,
instante perfecto:
la gota alcanza la lengua de almeja,
la bruma en su lengua abraza la cueva,
lame los bordes,
baila graznidos de pájaros negros.

La aurora de las bestias los desnuda,
acecha transformando sin tregua la verdad,
ángeles,
pájaros negros,
hijos de dioses huidos,
oscuras plumas revelan el misterio,
dan la hora bebiéndose el eclipse.

El elegido,
descomunal en su vacío,
agota la luz,
la única salida,
el mascarón de proa de los hombres.

domingo, 1 de febrero de 2009

A borbotones

Camino
Viene lejos
Son las horas entre diamantes y monstruos en las sombras
Suenan las viejas guitarras y las utopías
Siento el cuerpecito de mi pequeñez
mi forma hecha mujer en ciernes
Pesadillas donde mi casa no estaba en su sitio y andaba la noche
sin encontrarla,
es la bicicleta y el carnaval
En mis oídos trocadas las melodías por el toque de queda
las frases prohibidas
La desconfianza tejida en los brutales silencios, granizo en las risas,
y tanta muerte.

Camino
Luna lunera cascabelera dónde te quedaste?
Un día pise otra tierra y volví.
Regué con infinitas lágrimas esas praderas de cielo púrpura
Pelícanos sabios acompasando momentos poblados de caballos
en cada tarde.
Bosques, grutas marinas y acantilados.
Oficios antiguos, nuevos en mis manos,

brotaron formas y así crecieron
más que mi cabeza…
Gozé el viento marino y la bruma, los temblores y la tormenta de primavera,
las callampas de los pinos y las mariscadas.
Allí dejé mi sueño de pueblo y un amor

Camino
El asfalto me quemó los párpados.

Detuve las tardes para verme.
Estalló mi vientre,
acuné angelitos,
crecieron de mí
su ofrenda fue el nuevo color de mi libertad.
Mis caderas se soltaron, danzaron, se abrieron en la intensidad de sus vidas.

Camino.
Nuevas despedidas,
cruces sutiles,
reencuentros.
Rondas llenas de apasionadas mujeres, calentitas de dichas y zozobras.
Nuevo oficio sagrado en que mis manos sumaron corazón y silencio.

Camino.
Esta noche
te cuento en mis abrazos.
Suelto
sigue volviendo la confianza.
Espero.
Misterio de acordes que pueblan la casa,
colores saltarines en las paredes,

en risas pintadas,
en la sencillez de los ritos.

Camino,
en las sílabas del alma

nos encontramos,
a renombrar las horas

amorosamente,
a tender la urdimbre del destino.