insinuación del arco iris...

domingo, 25 de enero de 2009

El Silencio

Desde los primeros años resonaba en mí el valor del silencio
El silencio oportuno.
El de los secretos.
El cuidador del sueño de los niños.
El de escuchar a otros.
El de oír las melodías en el alma.


El silencio.

Recién comenzado 1980 estaba en Santiago de Chile,

en un local del Arzobispado,
Mis padres recorrían y yo también.
Elegí unas postales

Recordé siempre una que decía:
Habla cuando tus palabras sean tan dulces como el silencio
Se lo mostré a mi padre, aleccionándolo, me devolvió la mirada con una sonrisa que decía: “Ojalá lo hagas!”
Mi padre, ese hombre de voz muy grave y monólogos que parecían eternos,
Centro de la escena en casi todas las reuniones, a veces por carisma,

muchas otras por el cansancio de los demás y la imposibilidad de dialogar,
de entrar una palabra en ese discurso para sí mismo en el otro,
el otro como cuenco de sonidos,
sin intercambio, sin percepción de tedio o necesidad, sin encuentro.


Hoy viene el silencio a visitarme, aprendí a ser su amiga,
Lo escucho en cada nacimiento,
en las muchísimas horas sin tiempo donde hablan gemidos,
respiraciones, caricias;
allí terminé de conocerlo y amarlo.

El maravilloso sonido del silencio sin palabras,
sin ese ruido de la mente,
ese torbellino del ego que no cesa.

El silencio.

Camino hacia el lugar donde no hagan falta las palabras.
Al lugar de las miradas y la telepatía.
Al sitio de corazones despiertos y caricias.
Espero aprender.
Ansío honrar esa ceremonia.

La majestuosa estancia del más puro silencio.

1 comentario:

  1. ay, cybeles........ tuve un padre como el tuyo que se despidió de mí mirándome, en silencio. te abrazo por este recuerdo-

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Me gusta la danza de las palabras compartida, verdad-consecuencia, bienvenida/o! Espero con alegría tu juego...